Tom Ibrahem junto a su hermano recorriendo lo que alguna vez fue su casa y negocio en Siria.

Los refugiados sirios son los civiles que han huido por la gran cantidad de violencia que ha ocurrido en su país Siria, producto de la guerra civil existente desde el 2011 y que, lamentablemete, ha avanzado en cuanto a crueldad y malas condiciones de vida de las personas, lo que ha llevado a que cientos de familias escapen en búsqueda de un refugio y nuevo lugar para vivir.  Este es el caso de un grupo de refugiados sirios que llegó a Chile bajo del gobierno que les garantizaba resguardo económico y social. Sin embargo, dichos refugiados protestan actualmente por el  incumplimiento de las promesas presentadas. 

Estos refugiados llegaron a Chile en Septiembre del 2017 bajo elPrograma de Reasentamiento de Refugiados Sirios, organizado por el Estado de Chile y que cuenta con la colaboración de ACNUR, que es la Agencia de la ONU para los refugiados. Este programa, incluye el pago de arriendo de una vivienda para cada familia, en conjunto a $500.000 por cada cuatro personas. Esta cifra eso sí irá disminuyendo de forma gradual una vez que se cumplan 12 meses que las familias lleven en Chile. De acuerdo al ACNUR, este proyecto de integración de los refugiados Sirios debería durar alrededor de dos años, tiempo en el que ellos cuentan con acceso a la salud, educación e incluso la posibilidad de aprender el idioma español, entre otros.

Hoy, después de llevar seis meses en nuestro país, la situación que viven las 12 familias que llegaron de Siria, se aleja mucho de lo que les prometieron en un principio según lo que vocero de los refugiados, Joseph Razouk cuenta al decir que nunca existieron los beneficios de vivienda, dinero y salud.

Una de las mayores problemáticas a las que se han enfrentado estos refugiados, es la barrera idiomática que presentan. Esto, producto de no conocer el español, y de que según ellos, el programa que prometía cursos para aprenderlo, no se concretaron de principio a fin. Las dificultades para comunicarse, se han traducido principalmente en grandes problemas para entrar al mundo laboral, desde las entrevistas a la permanencia en los lugares que han sido contratados.

Que no logren insertarse en trabajos, los lleva también a ser marginados de la sociedad chilena, lo que a largo plazo, les impide la integración por completo en nuestro país. De acuerdo a la psicóloga Valentina de Vittorio, esta marginación tiene consecuencias tanto sociales como personales y psicológicas. Además, a esto se le suman traumas anteriores producto de la guerra que aun se hace presente en distintas situaciones de su día a día, como lo es por ejemplo, el duelo de dejar su tierra natal, para adentrarse en un proceso llamado aculturación.

Si bien hay algunos refugiados que han tenido grandes trabas para insertarse dentro del mundo laboral y la sociedad chilena, hay otros que se desempeñan en distintos trabajos en fundaciones de nuestro país. Tom Ibrahem es un sirio que llegó a Chile el 2016 junto a su esposa y dos hijas, luego de haber perdido a su padre y hermanas a causa de la guerra en su país natal. Hoy, vive en Pirque con su familia y trabaja en la fundación origen, la cual se dedica a temas medioambientales. Tom, cuenta que si bien le ha costado mucho aprender el idioma, lo anterior no es una excusa para buscar algún tipo de trabajo, ya que nadie va a llegar y darte todas las cosas que se necesitan para vivir.

Según el programa de reasentamiento, la cantidad de personas que se buscaba reasentar era de 120. Sin embargo, debido a distintos problemas de financiamiento internacional del programa, la cifra tuvo que disminuir a la mitad, por lo menos como una primera etapa. Para poder llevarlo a cabo, fueron necesarios $1.613.000.000, dinero que es financiado por el Estado y la Comunidad Internacional.

Según la directora de la clínica jurídica de migrantes y refugiados de la Universidad Diego Portales, los refugiados seleccionados al programa fueron informados previamente de estos cambios y nuevas condiciones, en una visita que tuvieron realizada por el Estado y el ACNUR a El Líbano, país que recibe en primera instancia a gran parte de los refugiados que salen de Siria producto de la guerra, por lo que si se estarían cumpliendo todas las cosas que se prometieron durante esa instancia.

Por otro lado, Samy Silhi, quien es vicepresidente de la federación de entidades chileno-arabes de nuestro país, dice que no se debería pensar en que los sirios pretenden llegar a nuestro país para ser mantenidos del estado, como habría afirmado Adolfo Numi, director de la Sociedad de Beneficiencia Siria. Es más, Samy hace una invitación a reflexionar sobre la situación actual de desentendimiento e incumplimiento del programa que ellos aquejan.

Hoy en día, ambas partes se encuentran en negociaciones para llegar a un acuerdo. Según el refugiado, Joseph Razouk, existen dos opciones: aceptar las condiciones o simplemente viajar a otro país que tenga los recursos para recibirlos, de manera que puedan surgir y encontrar nuevas oportunidades de vida.