La ley de tenencia responsable de mascotas, más conocida como Ley Cholito, tiene como objetivo vincular a las mascotas con sus dueños para prevenir el abandono, el robo y protegerlas del maltrato.

Dentro del artículo número seis de esta ley se establecen una serie de categorías que incluyen la designación de animales potencialmente peligrosos. La clasificación del animal  será realizada por un juez, el cual evaluará dependiendo de factores como la pertenencia a ciertas razas y sus cruces, características físicas como el tamaño o la potencia de su mandíbula y la existencia de conductas agresivas o episodios anteriores de agresión.

Sin embargo, existen reparos ante el supuesto de que una raza pueda ser potencialmente más peligrosa que otra y críticas sobre quienes deberían juzgar esta decisión, así lo explica la Vocera del Colegio Médico Veterinario, María José Ubilla.

Dentro de las responsabilidades que establece la ley para los dueños, se encuentra contar con un certificado otorgado por un médico veterinario, que indique el estado en el que se encuentra el perro o gato y además la implantación de un microchip de 15 dígitos, que sirve para identificar a la mascota en caso de pérdida o robo. Si el animal no tiene dueño, la municipalidad en la que se encuentre deberá hacerse cargo de él.

El artículo número diez de la ley establece el rol que deben cumplir las municipalidades, dentro del cual destaca el de fiscalizar e incentivar campañas y educación sobre tenencia responsable para sus vecinos. Sin embargo, no todas las municipalidades cuentan con los recursos necesarios para implementar este tipo de medidas y controlar a la población de perros y gatos de sus sectores, así lo explica Sandra Ponce de León, abogada constitucionalista y directora de la clínica jurídica de la UC.

A pesar de que la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo entrega fondos para que las municipalidades puedan realizar este tipo de iniciativas, no es suficiente para cubrir a toda la población animales de los municipios con pocos recursos, por lo que a pesar de estar resguardados por una ley, no todos los perros y gatos están siendo protegidos.